lunes, 21 de julio de 2008

Principios generales de la pedagogía lasaliana

El Colegio «La Salle», como Centro Educativo cristiano, quiere responder a los siguientes principios que constituyen su filosofía peculiar.
I.- La Escuela Lasaliana se sitúa en el marco de un claro pluralismo de opciones educativas en el seno de la sociedad, y se ofrece como medio real que facilite la libertad de los padres de familia y de cualquier grupo humano para la educación. Por eso es decididamente partidaria de la unidad y coherencia ideológica en el interior de la escuela.
II.- El Colegio «La Salle» trata de ser una Comunidad Educativa, integrada por todas aquellas personas o grupos que tienen relación con el hecho educativo: alumnos, padres, profesores, personal administrativo y de servicio, antiguos alumnos...
III.- En la Escuela Lasaliana construimos y formamos la Comunidad Educativa en torno a un Proyecto Educativo común, diseñado para la formación integral de los alumnos, en sus dimensiones psico-físicas, afectivas, intelectuales, morales y religiosas.
IV.- En la Escuela Lasaliana educamos desde el respeto, la confianza y la aceptación a la persona de cada alumno, a sus peculiaridades, ritmos de maduración y proyecto de vida. Damos especial relieve al trabajo intelectual crítico, serio y riguroso, y procuramos que cada alumno llegue al máximo de sus posibilidades en su maduración intelectual.
V.- En la Escuela Lasaliana hacemos de la acción educativa una tarea común y pretendemos que el educando llegue a ser dueño de sí mismo; es decir, libre y responsable, y que aprenda a basar su libertad en una escala jerárquica de valores humanos y cristianos que dé sentido, unidad y valor a toda su vida.
VI.- En la Escuela Lasaliana los padres y profesores somos los primeros animadores y facilitadores de la formación integral de los educandos, en corresponsabilidad con el Ideario del Centro y el Proyecto Educativo.
VII.- En la Escuela Lasaliana, tanto en la acción docente como en la educativa, suscitamos y estimulamos la actividad del alumno, y promovemos un trabajo formativo fundamentado en el interés, en la motivación y en la significación constantes.
VIII.- La Escuela Lasaliana opta explícita y claramente por un modelo educativo abierto a la transcendencia, y realiza la educación de la fe de los educandos a partir de un proyecto integral de iniciación y maduración cristianas.
IX.- Nuestra Escuela Lasaliana anuncia explícitamente el Mensaje salvador de Jesús sobre el Reino de Dios, y procura que este Reino se haga realidad en el aquí y ahora del propio Centro Educativo, dando vida a las funciones y relaciones entre sus miembros y configurando sus estructuras en un sentido inequívocamente cristiano.
X.- La Escuela Lasaliana se compromete con el medio social en que se encuentra inmersa, buscando los modos más adecuados y realistas de realizar una "inserción crítica" en dicho medio y transformarlo, haciéndolo más justo, humano y fraternal.
XI.- La Escuela Lasaliana cultiva la educación moral de sus alumnos en la triple dimensión personal, comunitaria y social. Esta educación moral enraizada en el Evangelio se orienta a promover la fraternidad, la solidaridad, la libertad, la justicia y la paz, especialmente en su propio entorno educativo y social.
XII.- En la Escuela Lasaliana educamos la creatividad y la capacidad de expresión en las distintas formas del lenguaje, y proyectamos nuestra acción pedagógica y educativa más allá de la actividad académica, potenciando el uso formativo del tiempo libre.

LA SALLE EN EL MUNDO

En sus tres largos siglos de existencia, La Salle ha tenido como único objetivo la educación actualizada y permanente en todos los ámbitos. Este compromiso se ha mantenido a lo largo del tiempo de forma ininterrumpida en los cinco continentes. Desde que Juan de La Salle falleció en 1719, su obra se expandió rápidamente a todos los continentes, en los que siempre fue pionera en ofrecer soluciones a las necesidades formativas de cada país. Los poco más de cien Hermanos iniciales son ahora 5900, y las 58 escuelas abiertas en ese momento se han convertido en 1.021 centros educativos en los que imparten formación, además de los Hermanos, unos 75.000 profesores, distribuidos en 82 naciones de toda la geografía mundial (23 de África, 22 de América, 16 de Asia, 18 de Europa, y 3 de Oceanía), y que abarcan la más amplia gama de estudios y edades. Hoy, el número de alumnos lasalianos se acerca al millón.







Los lasalianos hacen vivo el carisma de su Fundador en todo tipo de enseñanzas: Escuelas primarias y medias, Enseñanza Superior y Universitaria, Escuelas de ingeniería, Colegios Universitarios, Escuelas de Formación Profesional, Escuelas de Formación del Profesorado, Centros de Capacitación agrícola, Escuelas de Adultos, Centros de Alfabetización, Centros catequísticos, Enseñanza radiofónica, Escuelas de Bellas Artes, Centros de minusválidos, de marginados, de rehabilitación... Toda obra educativa entra en la misión del Instituto Lasaliano.
A España, los Hermanos llegaron en 1878, hace más de 125 años, y desde el primer momento la institución lasaliana ha procurado desarrollado formas educativas adaptadas a las necesidades y exigencias de cada momento histórico, y ha sabido imprimir su sello personal de formación de calidad en el que la dimensión total de la persona ha primado sobre la pura adquisición cuantitativa de conocimientos.
Las comunidades de Hermanos y los Centros La Salle de una zona se agrupan en Provincias religiosas, que llamamos Distritos. Todos los Distritos de un área geográfica o cultural forman una Región. en nuestro caso, formamos parte de la Región denominada ARLEP (Agrupación Regional Lasaliana de España y Portugal), que constituye una estructura de coordinación y colaboración que agrupa a los Distritos de Andalucía, Bilbao, Cataluña, Madrid, Valencia-Palma y Valladolid.
Existe además un Distrito denominado Central, que está al servicio de la Región y de los compromisos misioneros comunes. A través de él se atienden diversos servicios centrales como el Instituto Superior de Ciencias Religiosas y Catequéticas San Pío X, la ONGD Proyde, o las Editoriales Centro Vocacional La Salle y San Pío X.
El Colegio La Salle de Santander pertenece al Distrito de Valladolid, que abarca los 19 Centros educativos y Comunidades lasalianas del noroeste español (Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León), junto con las dos casas de Portugal. En ellos se educan 10.200 alumnos de Ed. Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y ciclos de Formación profesional, gracias a la labor de 208 Hermanos y 600 profesores seglares

miércoles, 16 de julio de 2008

UNA HISTORIA QUE CONTAR



Una historia que contar
A la juventud actual,
De un modelo que es muy digno de imitar.
Si hay un joven por ahí , que se siente
Como aquel a quien Dios llamó
Para que fuera fiel.

Y fue en la ciudad de Reims, que un
Muchacho descubrió en los niños que
Eran pobres su misión.
A la escuela dedicó con esmero
Su ideal de educarles y lograr su salvación.

JUAN BAUTISTA DE LA SALLE,
NUESTRA GUÍA, NUESTRO PADRE Y FUNDADOR
MUCHOS JOVENES Y NIÑOS
HOY SE FORMAN EN TU ESCUELA,
CON HERMANOS QUE LES DAN EDUCACIÓN.

JUAN BAUTISTA DE LA SALLE
TU PEDAGOGÍA ES LA DEL AMOR
LOS MAESTROS SON FELICES DE TENERTE POR PATRÓN;
DE LLEVAR A TANTO JOVEN AL SEÑOR

Hoy se acercan a tu altar, a ofrecer con decisión,
Cada día y con amor, su corazón los Hermanos que él fundó, que
Consagran al Señor sus anhelos, su vida y su vocación.

Si oyes que el Señor te llama,
Sus huellas quieres seguir,
Y María te seduce con su Si,
Opta pronto, date prisa, con una alegre
Sonrisa a la Fe, el Servicio y la Fraternidad.

JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, NUESTRA GUÍA…

JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, TU PEDAGOGÍA…

De llevar a tanto joven al Señor (3).

http://www.lasalleca.org/Portals/0/musica/Lasalle%20Canta/Una%20historia%20que%20contar.mp3

PROMO 2007
























FOTOS






LA SALLE EL ESTOR















SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE

Biografía de San Juan Bautista De La Salle

Fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y Patrono de los Educadores.Juan Bautista de la Salle nace en Reims, Francia, en 1651. Fue el mayor de una familia de 11 hermanos a los cuales tuvo que cuidar después de morir sus padres. Desde sus primeros años se sintió inclinado hacia la carrera sacerdotal y a los 16 años fue nombrado canónigo de la catedral. A la edad de 27 años se ordenó sacerdote y al poco tiempo de su ordenación, sin haberlo previsto de ningún modo, se vio comprometido en la orientación de un grupo de maestros, contratados para trabajar en las escuelas parroquiales que atendían a los niños más pobres de su ciudad natal. Poco a poco se ocupó de ellos, los atendió materialmente, organizó sus vidas, los ayudó en su trabajo y perfeccionó sus habilidades de educadores.
Al ver el fruto que producían estos maestros así atendidos, le llegaron peticiones para abrir nuevas escuelas en otras ciudades y sobre todo llegaron jóvenes que deseaban dedicar sus vidas a ser educadores como los que vivían con el Señor De La Salle. Siguiendo la voz de Dios, que le llamaba a confiar plenamente en Él, San Juan Bautista se desprendió de todo, primero de su canonjía y luego de su patrimonio, el cual lo distribuyó en alimentos para los pobres. De este modo, se hizo totalmente pobre como los niños que iban a sus escuelas y como los maestros a quienes él animaba a confiar en Dios. Cuando se quiso dar cuenta, Dios le había conducido a una empresa imprevisible: el nacimiento de una forma nueva de vida consagrada en la iglesia, pues con aquellos maestros, poco a poco, surgió una congregación que tomó el nombre de "Hermanos de las Escuelas Cristianas", formada por seglares que, al consagrarse a Dios como religiosos, dedicaban sus fuerzas y su vida a educar a la niñez, especialmente a los más necesitados. Como ocurre en las obras divinas, Juan Bautista encontró muy pronto dificultades pues no entendían su proyecto educativo; sacerdotes que se interponían en la marcha de las escuelas; maestros civiles que le llevaban a juicio porque sus alumnos se pasaban a las escuelas cristianas que enseñaban mucho y eran de carácter gratuito; tribunales que le condenaron, amigos que le traicionaron, gente poderosa que le perseguía de forma disimulada, pero terrible… Sin embargo, en medio de todas las dificultades, una sola era su preocupación principal: que se cumpliera la voluntad de Dios. Y la voluntad divina se cumplió. Cuando el Señor le llamó, a los 68 años de edad, el 7 de abril de 1719, el Instituto de los Hermanos estaba bien extendido por Francia y los resultados de la enseñanza eran admirados en los pueblos y en las ciudades. Sus últimas palabras fueron: "Adoro en todo la voluntad de Dios para conmigo". Eran el resumen de su vida. Juan Bautista, a través de las escuelas, ha sido en la historia uno de los mayores impulsores de la educación popular; primero en Francia y luego sus seguidores en el resto del mundo. Sus iniciativas, sus creaciones y sus formas pedagógicas transformaron el sistema de enseñanza. Fue él quien generalizó el uso del francés para la lectura y para el aprendizaje. También compuso libros de lectura, de formación religiosa, de buenos modales... para los niños y para las familias. Y, de manera especial, escribió textos de formación pedagógica y espiritual para los Hermanos y para los maestros cristianos. Juan Bautista De La Salle fue canonizado en 1900. En 1950, el papa Pío XII lo proclamó "Patrono de todos los Educadores Cristianos".